LA MANO DE DIOS TE ALCANZA

HASTA EN LA MÁS PROFUNDA DEPRESIÓN

Por Alexandra Rossi

Depresion - Alma de Mujer

Impotencia, soledad, carga emocional, desamparo, tristeza constante, o en casos extremos, ganas de dejar este mundo, son algunos de los sentimientos que te inundan cuando la depresión se apodera de tus pensamientos y de tu corazón. Dios nos creó con el propósito de vivir una vida gozosa en él. Eclesiastés 2:24 dice que “No hay cosa mejor para el hombre (y la mujer) sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.”  Pero ¿por qué caemos en la depresión si el diseño de Dios para nuestras vidas es que vivamos alegres?

La Depresión No Viene de Dios

Desde niños estamos expuestos a diferentes influencias de personas mayores u otros niños, que dan forma a nuestra autoestima y a la percepción que tenemos sobre el mundo que nos rodea y de las otras personas. Si en tu niñez te ignoraban, rechazaban, o eran negligentes contigo, crecerás pensando que no eres lo suficientemente valiosa como para que alguien te brinde el amor y el cuidado que necesitas. Si fuiste abusada crecerás pensando subconscientemente que el abuso es lo que mereces, o que no mereces algo mejor. Eso da pie para que en tu adultez esas voces que te dicen que no eres lo suficientemente buena o valiosa se escuchen alto cada vez que te encuentres en una situación difícil, dando paso a la depresión.

Otras causas de la depresión es una adultez expuesta a constante abuso, persecución, soledad no deseada, divorcio, hijos pródigos o por caminos desviados, y problemas financieros.  Dios nos creó para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Todo pensamiento y sentimiento de depresión no viene de Dios. Es una mentira del enemigo para destruir la obra de Dios, y el propósito perfecto y bueno que el Señor tiene para tu vida desde que te creó.

Jesus abraza a mujer - Alma de Mujer

No Estás Sola

El Señor te conoce. El conoce tu ir y tu venir. Tiene planes para ti, no de herirte sino de prosperarte y de darte un futuro.1 Y quizás tu digas que eso suena muy bonito, pero ¿cómo salir de ese estado de depresión y abrazar la palabra de Dios cuando no se ve ninguna luz al final del túnel?

Alma de Mujer

Varios personajes de la Biblia pasaron por momentos depresivos. Uno de ellos, Elías, cuando estaba en la cueva escondiéndose de quienes querían matarlo, dijo: “Basta ya, Señor; quítame la vida, porque no soy mejor que mis antepasados que ya murieron”.2   Otro personaje que pasó las duras y las maduras fue Job. Dios le permitió al enemigo empobrecerlo, quitarle su familia, enfermarlo, a tal punto que deseó no haber nacido. “Que sea borrado el día que nací, y la noche en que fui concebido”. 5 Jeremías, quien vivía en soledad, pobre y sin familia, clamó a Jehová: ¡Sin embargo, maldigo el día en que nací! ¿Por qué habré nacido? Mi vida se ha llenado de dificultades, de dolor y de vergüenza.”6

Sin embargo, en medio de su profunda depresión ellos clamaban a Dios y él les respondió a su debido tiempo, no solo sacándolos de ese estado, sino restaurando sus vidas.

“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”. Salmo 42: 5-11.

Nunca te sientas sola. Porque no lo estás. Dios te escucha. El no prometió una vida sin problemas, pero sí que la carga con él es liviana. Solo tienes que levantar tu cara, y ver su mano amorosa que se extiende para ayudarte. Jesús dice en Juan 16:33: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo.” Confía en él. Si Jesús lo dice, él lo hará.

Pon Todo en las Manos de Jesús

El Señor es fiel. Búscalo de mañana y espera en él. Puede que la gente te haya fallado, que te hayan herido, que tus malas decisiones te hayan puesto en un camino no deseado, que tus hijos estén en pasos no adecuados, que tu pareja ya no esté más contigo, o que tu salud no sea la óptima. Pero ¿sabes qué? Dios ya sabe todo eso y está llamándote a que lo busques, fijes tu mirada en él y te dejes guiar para sacarte del lugar donde estás y llenar tu vida con su luz.

Por las llagas de Jesús fuimos todos sanados.3 Él es quien sana tus heridas. Quien sana tu corazón. “Y te pondré un corazón nuevo,” dice Jesús.4 Pon todo en las manos de Jesús. Todo. No una parte. Él te está esperando con brazos abiertos. Lee su palabra que es espada de dos filos, congrégate en una iglesia de sana doctrina, busca y haz amistades que amen a Jesús y te ofrezcan consejos basados en la Biblia. Deja que Dios actúe en tu vida, seque tus lágrimas, y te llene de su gozo que viene de lo alto. Nuestro padre celestial amoroso enjugará tus lágrimas y le dará un nuevo amanecer a tu vida.

1. Jeremías 29:11;  2. Reyes, 19:3-13;  3. Isaías 53:5; 4. Ezequiel 36:26; 5. Job 3:3-4; 6. Jeremías 20:14-18

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