¡Cuando el miedo me domina!

Por Adriana Vannini

Alma de Mujer

El estruendo de la explosión se escuchó por toda la casa mientras ladridos y quejidos de mascotas resonaban dentro de la cocina. El horno a gas que se usaba en la década de los 80 había explotado mientras mi mamá cocinaba el pavo de Navidad. Yo tenía 5 años y el terror se apoderó de mí al pensar que mi mamá estaba muerta. El olor a gas se esparcía por toda la casa y los gritos de los vecinos junto a la sirena de la ambulancia empañaban aún mas la esperanza de volver a ver a mi mamá con vida. Los brazos fuertes de mi papá me cargaron y me llevaron hacia un lugar seguro, (debajo de un árbol frondoso), donde no había gas, ni gritos y donde mi corazoncito acelerado se iba calmando mientras escuchaba su voz arrullándome y meciéndome en sus brazos mientras susurraba: Todo va a estar bien. Estás conmigo hijita…

Desperté en mi cama abrazada a mi mamá, quien no había estado en la cocina en el momento de la explosión.  Estaba sanita, sin quemaduras y muy tranquila.  Su sonrisa y sus brazos me dieron mucha paz. Me dijo que todo estaba bajo control pero que uno de los gatitos se había ido al “cielo gatuno” porque era su momento de partir.  Las otras mascotas habían sufrido quemaduras, pero podíamos tejerles lacitos y moños para que se vieran bonitos…la Navidad se pintó nuevamente de colores y yo seguí viviendo mi niñez, pero sin entrar más a la cocina…

De adulta descubrí mi fobia al gas. yo corría de forma exagerada y hasta ridícula al ver que iban a encender una estufa o conectar un tanque de gas butano a algún asador. Incluso el sonido del espray de cabello me daba sensaciones desagradables y hasta escalofríos… así que solo evitaba usarlos, miraba hacia un lado y comenzaba una guerra mental para no tener que pensar en el gas.  Sí, yo huía de la realidad. 

Me imagino que mientras leías sobre mi experiencia, pensaste en tu fobia o tal vez te preguntaste si tendrías alguna… Existen explicaciones extensas en el ramo de la psicología y un sin número de medicinas para calmar o controlar la ansiedad y los ataques de pánico.  Pero déjame decirte algo, tú eres amada por un ser todopoderoso que te da la fortaleza, el carácter y el amor suficiente para decir: ¡YO PUEDO! a todo lo que te propongas y esté dentro de Su voluntad. Solo tienes que creer y buscar a Dios.

Tal vez en estos momentos estés enfrentando situaciones muy difíciles en donde la incertidumbre y el miedo no te permiten tomar una decisión importante que te está destruyendo. Tal vez sea el terminar con una relación tóxica o extramarital, cambiar de trabajo, tener esa conversación definitiva acerca de aquel asunto pendiente, la decisión de tener un hijo, el mudarte, comenzar tu negocio propio … Sí, lo sé. Todas enfrentamos situaciones adversas que a menudo afectan nuestra estabilidad emocional, económica y social, pero déjame decirte algo:  Hay alguien que te ama con amor infinito y que quiere darte ese valor que necesitas para decir: ¡hasta aquí! ¡Ya no más! ¡Yo sí puedo con esto! Y ese alguien es DIOS todo poderoso, quien te creó y te conoce y te da toda esa fortaleza en tu alma debido a los miedos que cargas dentro. Porque Él quiere tomarte de la mano y decirte:

“Estoy contigo como poderoso gigante, por tanto, los que te persiguen tropezarán y no prevalecerán, mas serán avergonzados en gran manera”, Jeremías 20:11.

Al acercarte a Él, al clamarle, al buscarlo como hija a un padre, Él vendrá a ti y escuchará tu oración, tu pedido, tus necesidades… y comenzará a llenarte de esa fortaleza, seguridad y autoridad que solo Él nos sabe dar. Ya no bajes más tu cabeza o apartes la mirada de eso que te intimida. ¡Hazlo con miedo… pero HAZLO!  Enfrenta tus temores tomada de Su mano y mira como todo se mueve porque ahora ya no estás sola.  Él quiere llevarte a ese lugar seguro, debajo del árbol de la victoria, sin miedos, sin inseguridades, sin dolor … donde vuelvas a respirar paz y veas que la vida se vuelve mejor porque diste aquel paso de tomar la decisión correcta. Aunque duela, aunque sufras, aunque no quieras hacerlo, pero más adelante suspirarás diciendo: ¡lo hice!

 Él quiere tomarte en sus brazos, arrullarte y decirte: todo va a estar bien hijita, ¡estás conmigo!:

"¡No temas porque yo estoy contigo, no desmayes porque Yo soy tu Dios! te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra justa." Isaías 41:10

Mujer, si necesitas dirección, ayuda o tan solo a alguien que te escuche, no dudes en buscar consejería bíblica. La revista Alma de Mujer está aquí como instrumento de Dios para sacarte de donde te has estancado. Recibe un abrazo muy fuerte de mi parte donde quiera que te encuentres.  

¡DIOS TE AMA POR QUE ERES LA NIÑA DE SUS OJOS!  ¡¡¡Adelante!!!

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