¿Cómo es el corazón de una madre?

Escritora invitada: Fabiola Rodríguez

Corazón de madre

¿Recuerdas tu visita al doctor cuando te enteraste de que estabas embarazada? Cómo alguien puede olvidar este momento memorable. “¡No hay nada por qué preocuparse! Usted está esperando”, me dijo el doctor. Ahí fue cuando me di cuenta de que mi jornada de madre empezaba. Como madre primeriza, tenía sentimientos encontrados acerca de esto, y estoy segura de que algunas de ustedes pueden identificarse con estos sentimientos. Estaba emocionada y gozosa por la noticia, pero también nerviosa al pensar si yo sería una buena madre o no. Es más, creo que aún muchas de nosotras nos hacemos esta pregunta todavía.

Avanzamos, ya empiezas a sentir los movimientos de tu bebé en tu vientre y te das cuenta de que ya le estás hablando o cantándole. Ya estás formando un lazo con tu bebé que aún no has visto pero que ya amas mucho. ¿Cómo es esto posible? El amar a un ser humano que aún no has visto. Es que el amor de una madre es por fe en el sentido que aún sin verlo o verla ya sientes amor por él o ella.

El momento que vi a mi hija y la tuve en mis brazos por primera vez, exclamé en sorpresa y sentí que mi corazón se agrandaba. Yo no sabía que mi corazón ya estaba preparado para amar en una gran capacidad. Mientras que algunas mujeres son madres biológicas, hay otras que llegan a ser madres a través de la adopción. Lo que hace a una mujer madre es tener la postura para amar y proteger a otro ser humano con todo el corazón y negarse a sí misma.

Madre

Durante su niñez, vives tu vida enseñándoles valores, nutriéndolos y supervisando su desarrollo de la mejor manera posible. Te conviertes en su paparazzi y su fanática número uno, capturando así cada logro en su vida. En algún lugar entre estos logros hay momentos donde tu hijo o hija atraviesa por sufrimientos, ya sea por enfermedad o accidentes y tu corazón comparte ese sufrimiento. El corazón de una madre comparte las emociones de su hijo/a. Si tu hijo gana, tú también ganas y su éxito se convierte en gozo en tu corazón. ¡Qué hermoso es esto!

El conteo final empieza cuando tu hijo está cerca a la adultez y te das cuenta de que el tiempo pasó tan rápido. “¿A dónde se fue el tiempo? Te preguntas. Empiezas a ver sus fotos de bebé y recuerdas las sonrisas cuando empezaron a balbucear y a gatear. Quizás hasta una lágrima derramas y nuevamente la pregunta regresa: ¿Fui una buena mamá? Ahora tienes que preparar tu corazón para soltarlos. Por muchos años los tuviste bajo tu techo y ahora se irán de casa. Tú quieres estar feliz por ellos y esta transición en sus vidas ya sea que se vayan a la universidad, se casen o simplemente se muden a vivir solos. ¿Acaso, dejarás de ser madre cuando se vayan?

La verdad es que el corazón de una madre es fuerte y profundo como el océano. Se siente como si no tuviera fondo. ¿Estás de acuerdo conmigo? Durante el paso de nuestros hijos a la adultez, nos bombardean muchos sentimientos. Una de las cosas que aprendí durante este periodo es brindarme gracia cada vez que me pregunto si fui una buena madre. Madres, por favor recuerden que hicieron lo mejor y los amaron con todo su ser a través de todo. Como padres quizás hubo tiempos en que nos quedamos cortos; sin embargo, no se olviden de brindarse gracia. La acusación es el arma del enemigo para hacernos sentir menos. Recuerden la promesa de Dios en el libro de Romanos 8:28: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Es común escuchar a la gente decir que están soltando a sus hijos al mundo y francamente eso suena aterrador. Hay dos cosas que ocurren cuando dejamos a nuestro hijo ir.

Primeramente y más importante es que estamos soltando a nuestro hijo a ser un adulto para el Señor. Y segundo, recordemos que antes que fuera nuestro/a hijo/a fue del Señor. Y tengo paz al saber que ¡Dios los ama más que nadie porque Su amor es perfecto!

Madre, yo te invito a apoyarte en el Espíritu Santo, nuestro Consolador, durante cada etapa del crecimiento de tu hijo/a. También busca guía de mujeres maduras que ya han pasado por lo que estás atravesando ahora. No estamos solas en esta jornada, ¡Dios está con nosotras!

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